Oí a John volver a casa a las tres de la mañana. No vino a mi habitación como esperaba, pero tampoco trajo a nadie a casa, así que por lo menos pude dormir un poco.
—Por ahí, ya sabes —contesta mientras abre un armario y saca un vaso que luego llena de zumo de manzana.
Estamos en la cocina. Es sábado por la tarde y se acaba de levantar. Paul está en el estudio, trabajando.
—¿Estuviste con Lola? —pregunto como quien no quiere la cosa.
—Claro.
No digo nada, abro la nevera y miro en su interior sin el menor interés. Luego la vuelvo a cerrar.
John se apoya contra la encimera y me mira.
—¿No estás celosa, verdad?
—¡No! —exclamo.
—Bien. —Deja el vaso medio lleno en el fregadero y sale de la cocina.
Me bebo el zumo que ha dejado y, por falta de algo mejor que hacer, lavo el vaso en lugar de meterlo en el lavavajillas. Consulto el reloj de la cocina. Casi la una y media. Debería preguntarle a Paul si quiere comer algo. Seguro que tiene hambre.
Camino hacia el estudio, pero me detengo ante la puerta cuando me doy cuenta de que John está dentro con él.
—¿Te lo pasaste bien anoche, eh? —oigo que dice Paul.
—Sí, genial.
—¿Conseguiste hacértelo con Lola, no?
John se ríe entre dientes.
—No, todavía no.
—Tranquilo —contesta Paul divertido—, ya verás cómo acabará sucumbiendo a tus encantos. Todas lo hacen.
Me aparto de la puerta sintiéndome como si alguien me hubiera pegado un puñetazo en el estómago. Me tambaleo en mis zapatos de plataforma y casi me caigo al suelo. Se me escapa un grito.
—¡Meg! —John aparece en la puerta, sorprendido de verme—. No sabía que estabas ahí. ¿Estás bien? —pregunta preocupado.
—Sí, muy bien —contesto apresuradamente intentando no cojear—. Iba a preguntarles si querían algo para almorzar.
—¿Almorzar? —dice Paul—. ¿Qué hay? —Aparece en la puerta, detrás de John—. ¿Qué te ocurre? —pregunta cuando me ve la cara—. Estás pálida como el papel.
—No es nada —contesto—. Hum... —Me estremezco e intento recuperar la compostura—. Creo que hay pollo con verduras y Rosa también ha dejado un poco de sopa.
—¿Sopa de qué? —pregunta Paul.
—Hum... de verdura, creo. —Miro a John.
—¿Hay pan? —pregunta Paul.
—¿Qué? Pan, sí, pan. Sí, hay pan.
Paul se ríe.
—Hoy no estás muy fina, ¿eh, Megan?
John se rasca la barbilla.
—Voy a alentar la sopa. —Doy media vuelta y me dirijo a la cocina.
—¿Qué le ocurre? —oigo que pregunta Paul. No consigo escuchar la respuesta de John.
—¿Conseguiste hacértelo con Lola, no?
John se ríe entre dientes.
—No, todavía no.
—Tranquilo —contesta Paul divertido—, ya verás cómo acabará sucumbiendo a tus encantos. Todas lo hacen.
Me aparto de la puerta sintiéndome como si alguien me hubiera pegado un puñetazo en el estómago. Me tambaleo en mis zapatos de plataforma y casi me caigo al suelo. Se me escapa un grito.
—¡Meg! —John aparece en la puerta, sorprendido de verme—. No sabía que estabas ahí. ¿Estás bien? —pregunta preocupado.
—Sí, muy bien —contesto apresuradamente intentando no cojear—. Iba a preguntarles si querían algo para almorzar.
—¿Almorzar? —dice Paul—. ¿Qué hay? —Aparece en la puerta, detrás de John—. ¿Qué te ocurre? —pregunta cuando me ve la cara—. Estás pálida como el papel.
—No es nada —contesto—. Hum... —Me estremezco e intento recuperar la compostura—. Creo que hay pollo con verduras y Rosa también ha dejado un poco de sopa.
—¿Sopa de qué? —pregunta Paul.
—Hum... de verdura, creo. —Miro a John.
—¿Hay pan? —pregunta Paul.
—¿Qué? Pan, sí, pan. Sí, hay pan.
Paul se ríe.
—Hoy no estás muy fina, ¿eh, Megan?
John se rasca la barbilla.
—Voy a alentar la sopa. —Doy media vuelta y me dirijo a la cocina.
—¿Qué le ocurre? —oigo que pregunta Paul. No consigo escuchar la respuesta de John.
—Bueno, ¿y cuándo empieza la fiesta? —pregunta Paul a John poco después, cuando estamos todos en la cocina.
¿Fiesta? ¿Qué fiesta?
—Saldremos de aquí a eso de las nueve —contesta John. —¿Te apuntas? —me pregunta Paul.
—¿Qué fiesta es esa?
—La de no sé qué ejecutivo de la discográfica, ¿verdad, John? Irán muchos famosos. Estará genial.
—Ah, ya sé a cuál te refieres. —Miro a John, pero nada en su expresión me indica si le importa o no que me una.
—¿Tienes otros planes? —pregunta Paul viendo que dudo.
—No...
—Pues entonces te vienes —dice Paul con naturalidad—. Necesito a alguien que me haga compañía mientas este se dedica a ligar con las invitadas.
Miro a John entornando los ojos. A la mierda. —Esta bien. —contesto—. Voy.
Uno mas :D espero les guste, aun falta un poco para el final, pero ya no mucho :S ¡Cuidense!
¬¬Odie a lennon y su indiferencia.
ResponderEliminarAun asi me gusto que Meg aceptara ir con Paul :3 eso es un desquite aunque no se si realmente le interese a John e__e espero que si,por que si se puso celoso el otro dia con... ok algo me dice que no se puso celoso ;-;
¡¿COMO QUE YA SE VA ACABAR?! D: :ccc
esto no puede ser pero aun asi espero todo este lio se enderece y quiero saber que pasara con john y Meg >:c
p.s odio a lola e_e, y me mato de risa que Meg anduviera de chismosilla :3
saludos
Y sube pronto ¬w¬
por favor :c