sábado, 23 de junio de 2012

CAPITULO 11. Parte 2.

Es miércoles y John sigue sin dar señales de vida. Paul sigue en lo de su novia, al igual que Ringo y George, quien al parecer esta contemplando mudarse.

Tras cancelar su entrevista y disculparme ante el periodista por las molestias causadas, me siento mirando a la nada durante un rato. Por primera vez desde que llegue a Londres, siento una punzada de nostalgia. Así que decido llamar a Bess.

–Justo estábamos hablando de ti.-

–A si.- En cuanto oigo su alegre voz me siento mucho mejor –¿Quienes?-

–Serena y yo. Le estaba diciendo que es imposible que...-

–¿Quien es Serena?- La interrumpo.

–Ah perdona, se me habia olvidado, no la conoces. Es nueva en el trabajo. Le estaba diciendo que es imposible que hayas salido en una cena romántica con John Lennon y no hayas llamado para comentarlo después.

–Eh...-

–¡No!-

–Bueno, no fue una cena romantica. Solo le hice compañía porque Amber esta de viaje.-

–¡Meg!.-

–¿Que?-

–¿Y no me llamaste?-

–Es que no hay nada que contar.-

La verdad no me apetece hablar del tema. La reciente escapada de John le ha quitado la gracia a aquel episodio.

–¿Y que paso? Serena dice que ibas en su moto.-

–¿Y como lo sabe Serena?-

–Te vio en el diario y te reconoció de una foto.-

–¿Que foto?-

–Esa en la que estamos las dos en la piscina en Italia, la que tienes en el tocador. Bueno, cuentame lo de la moto...-

–¿Y que hacia Serena en mi cuarto?- Pregunto.

–Oh.- Bess guarda silencio. –Perdona, olvide decirtelo. Estaba buscando piso, espero no te importe, pero le dije que se podía mudar el fin de semana.-

–Claro que no.- Le aseguro aunque no es exactamente cierto. Sabia que acabaríamos alquilando mi habitacion temporalmente, pero no esperaba que fuera tan pronto.

–¿Esta viviendo ya allí?-

–Si, se mudo el pasado fin.-

–¡Oh, vale! Creí que te referias al fin de semana que viene.-

–Pues no. No te importa ¿Cierto?- Pregunta.

–¡Claro que no!- Intento sonar despreocupada.

–¿Segura que no te has enfadado?-

–Seguro, tranquila. Oye tengo que dejarte. Tengo que trabajar.-

–¡Pero si no me has contado lo del Ivy!- Se queja.

–Otro día.-

Cuelgo sintiendome todavia peor que antes de llamar. No me gusta que otra chica que no conozco de nada, duerma en mi cama y utilice mis sabanas, solo dos semanas después de haber salido de la maldita ciudad. Cuanto mas pienso en ello mas me enojo. Bueno, a lo mejor exagero. Tampoco es para tanto.

La tarde siguiente estoy en mi escritorio como de costumbre, cuando suena el intercomunicador y me sobresalto.
–Amber Knight esta aqui.- Dice uno de los encargados de la seguridad.

–Pero John no.- Contesto.

–Si. Volvió hace una hora.-

¿Que ha vuelto? ¿Y por que no me habia dicho ni hola?-
Salgo corriendo del despacho y enseguida lo veo, esta en la piscina tocando la guitarra. Abro la puerta y el deja de tocar en cuanto me ve.

–Hola.- Le digo con cierta precaución.

–¿Todo bien?-

–No sabia que estabas en casa.-

–Ya.-

–¿Cuando has vuelto?-

–Hace un par de horas.-

–¿Adonde fuiste?-

–Por ahí.- Esta bien, me estoy comenzando a enojar. ¿Por que no puede ser mas especifico?

–John, no quiero sacar las cosas de quicio, pero soy tu asistente personal. No puedes desaparecer sin decirmelo. ¿Que imagen crees que damos cuando tengo que cancelar todas las citas o llama gente preguntando por ti y no puedo decirles cuando volverás o adonde has ido? Me siento como una idiota, yo así no puedo trabajar.- Le digo en un tono conciliador.

–Eh, ¿hola?-

Me doy vuelta y veo a Amber en la puerta, con una mano apoyada en la cadera.
–¡Llevo un buen rato esperando en la puerta! Me ha tenido que abrir Rosa.-

John deja la guitarra a un lado y se acerca para besarla en la mejilla. Amber lo mira furiosa, y cuando John intenta tomarle la mano, ella se resiste, presionandola contra la cadera.

–Sera mejor que vuelva al trabajo.- Murmuro mientras me dirijo al interior de la casa. En la puerta aun esta Amber. No se mueve inmediatamente si no que me obliga a esperar delante de ella, durante lo que me parecen siglos, aunque probablemente solo fueran un par de segundos.
Después se aparta con la mano firmemente pegada a la cadera.

Me dirijo de nuevo hacia el despacho y me siento, pero aun estoy enfadada con John. Empiezo a sentirme como una asistente personal incompetente. Y yo no soy ninguna incompetente. Va a tener que mantenerme al tanto de sus idas y venidas.

–Lo siento Nutmeg.-

Alzo la vista y veo a John en la puerta. Camina hacia el escritorio y pone su cálida mano sobre la mía.

–No pasa nada.- Contesto agradablemente sorprendida.

Sonríe, me guiña un ojo y se marcha.













Johnny ¿Por que haces eso? Es tan impredecible y sexy al mismo tiempo hahaha la mejor combinación en un hombre :P en fin gracias por comentar chicas aquí esta la segunda parte del cap :) espero les agrade :D 

viernes, 22 de junio de 2012

CAPITULO 11. Parte 1.

La mañana siguiente estoy en la cama tumbada, pensando en lo que paso la noche anterior. Desde anoche, ya no pienso lo mismo de él. La verdad es que le estoy tomando cariño y estoy deseando verlo.

Bajo al despacho como en un sueño, incapaz de concentrarme. La llamada de un periodista me hace salir del trance. Quiere saber con quien estuvo John la otra noche en el Ivy. Me río y le contesto que conmigo, su asistente personal. A John le apetecía ir, pero Amber esta de viaje y fui yo para hacerle compañía.

Como todos los días llega, el periódico matutino. ¿Que es con lo primero que me encuentro?. Si una fotografía mía subiendo a la moto junto con John. Alucinada, acerco la foto a mi rostro.

–¿Que ha pasado?- Pregunta John desde la puerta.

Alzo la vista rápidamente hacia el y de repente me siento intimidada.
Entra en el despacho y coloca una mano sobre mi hombro.

–¿Todo bien Nutmeg?-

–Oh, si, si, bien.- Contesto con un excesivo entusiasmo en un intento por disimular los nervios. Me alegro de que recuerde el apodo que me puso anoche.

Con calma se sienta en una silla y yo le hago sitio a mi lado. Lleva las gafas de sol otra vez.

–Pasamelo.- Dice.

Le dejo el periódico y comienza a leer el articulo y a observar las fotos.

–Pareces un conejo deslumbrado por los faros de un coche.- Se gira hacia mi y me sonríe, pero no puedo ver sus ojos detrás de las gafas oscuras.

–Se me hace raro verte con las gafas de sol en casa.-

Se las coloca sobre la cabeza.
–¿Mejor?-

–Uf no, con esos ojos inyectados de sangre que llevas.- Le digo con fingido tono de preocupación.

Sonríe, se las vuelve a poner y continua echando un vistazo a las paginas.

–A mi esto me da mucha vergüenza.- Digo por fin mientras apoyo la cabeza en las manos.

–No seas tonta.- Dice, –Si lo piensas bien es bastante divertido.-

–Espero que Amber piense lo mismo.-

El teléfono suena.
–Pues ahora lo vamos a saber.- Toma el teléfono.

Amber parece furiosa.

–Si, me apetecía un emparedado.- Le dice con tranquilidad. –Es mi asistente personal, su trabajo es acompañarme.- Me mira y me guiña un ojo. Yo le sonrío sintiéndome como una niña traviesa. Si a el no le preocupa, ¿Porque tendría que importarme a mi? No hemos hecho nada malo, así que si a Amber no le gusta, pues allá ella.

Cuelga, se apoya en el respaldo de la silla y me estudia con atención. Yo tomo la agenda.

–Bueno, no olvides que hoy tienes cita con el medico a la una.-

–Hum.- Dice mirándome con tranquilidad.

Alguien llama a la puerta y cuando alzamos la vista, vemos a Rosa que nos sonríe con ternura.

–¿Cafe para mis chicos?-

–Si por favor.- Contestamos al mismo tiempo.

–Vamos, lo tomaremos en la cocina.- Sugiere John en cuanto Rosa sale del despacho.
Se quita las gafas de sol y nos levantamos.

–Esos ojos no tienen buena pinta.- Digo, están rojos desde ayer por la mañana. –¿Que te te parece si te echo un poco de colirio?-

–Eh, claro, si.- Contesta.

Me voy a buscar el colirio al botiquín y regreso a la cocina. John esta sentado a la mesa y Rosa esta ocupada manejando la maquina de café.

–Echa la cabeza para atrás.-

Lo hace. Le sujeto la cara para que no se mueva y le echo un par de gotas en el ojo.

–¡Ay!- Dice pestañeando como un loco. Le limpio el ojo con un pañuelo de papel y luego prosigo con el otro. Tiene la cara caliente y un poco bronceada. La barba de dos días me raspa la mano, lo miro a los ojos y lo encuentro mirándome fijamente.
Lo suelto, me giro y compruebo que Rosa nos observa en silencio.

–Aqui tienen.- Dice dejando los cafés en la mesa. Minutos después, cada quien regreso a lo suyo.


Cuando Davey aparece esa misma tarde, no hay rastro de John.

–¿Sabes donde esta John?- Le pregunto a Rosa que esta de espaldas cortando cebolla en la cocina.

–Ha salido en la moto.- Dice sin mas.

–¿Que? Pero si Davey ha venido a recogerlo para llevarlo al medico.-

–Pues dile que se vaya.-

–¿Esta todo bien Rosa?- Me estoy empezando a poner nerviosa. El tono de su voz me hace sentir incomoda.

–Oye Meg.- Dice dándose la vuelta con un gran cuchillo en la mano. –No es asunto mío, pero ten cuidado.-

–¿Que quieres decir?- Digo haciendome la tonta.

–Solo digo que John... bueno yo lo quiero, pero no te conviene.-

–Rosa, yo no...-

Me lanza una mirada que me hace callar al momento.

–Esta bien.- Digo, –Esta bien.-

John no vuelve esa noche y a la mañana siguiente Rosa me dice que se ha marchado.

–¿Por cuanto tiempo?-

–Por unos días supongo. Con ese chico nunca se sabe.-

–¿Y por que no me ha avisado?- Pregunto sin mucho convencimiento.

–No lo se Meg.-

–Pero mañana tienen una entrevista, ¿estará aquí para entonces?- Me siento como la madre de una adolescente que se queja a otra madre.

–No lo se.- Admite. –Quizá lo mejor sea que lo anules.

No entiendo nada. ¿Por que se ha marchado así? ¿Y por que no me ha dicho nada? Creo que me estoy mareando.










Hola :D perdonen por no poder subir capítulos tan seguido, pero como todas las semanas aquí les dejo la primer parte del cap :) mas tarde les subo la segunda. :D gracias por sus comentarios y por recomendar el fic. En verdad muchas gracias :D

viernes, 15 de junio de 2012

CAPITULO 10.

Es domingo y estoy tomando el sol, cuando llega Santiago para cumplir con su jornada laboral.

–Lo siento, pero no podrás bañarte hasta dentro de un rato.- Dice mientras se arrodilla y echa unos líquidos en el sistema de filtrado de la piscina.

La verdad es que hace tanto calor que no vendría mal un remojón, pero da igual.

–¿Y que tal la semana? ¿Has ido a algún estreno?- Pregunta.

–Lamentablemente no. Pero anoche estuve en el SkyBar, estuvo bien.-

–¡Que bien! ¿Viste a algún famoso?-

–Solo a algunas modelos y a John.-

–Caray, que bien. ¿Crees que pueda tomar un vaso de agua?-

–Claro, yo te lo traigo.-

Cuando vuelvo, encuentro a Santiago sentado en las escaleras de la piscina con los pies en el agua. Le ofrezco el vaso.

–Gracias. ¿Te molesta si fumo?-

–Hum, no.- Dudo un poco, no creo que sea lo mejor si uno de los chicos nos ve, pero supongo que da igual si se fuma un cigarrillo.

–¿Quieres?- Me ofrece.

–No gracias, no fumo.-

Y en cuanto se enciende el cigarrillo, John abre la puerta corrediza y aparece en la terraza. Al verlo, Santiago se pone de pie de golpe y apaga el cigarrillo en el enorme cenicero cilindrico de acero.

–Perdón, me estaba tomando un descanso.- Se disculpa.

–Ya lo creo.- Contesta John cortante y después me mira divertido.
Santiago camina corriendo hacia el otro lado de la casa para hacer su trabajo. Seguido de esto, me levanto.

–Bueno ya me voy.- Le digo pensando en subir a mi cuarto para dejarlo descansar tranquilo.

–¿Por que? No tienes porque irte.- Dice frunciendo el ceño.

–No quiero usurpar tu espacio.- Tomo el pareo y me lo estoy atando cuando se acerca a mi y me toma del brazo obligándome a alzar la vista.

–Meg, no seas tonta. Esta es ahora también tu casa.- Me suelta el brazo. –De hecho.- Dice mirando el paisaje. –Creo que te voy a acompañar aquí afuera, ahora vuelvo.- Entra en la casa.

Vuelvo a mi silla, quiero sentarme, pero se que estaré mejor si me tumbo con una pierna ligeramente levantada, como salen las modelos en las revistas. Me giro para ajustar el respaldo, pero este cae directamente sobre mi mano.

–¡Ay, ay, ay!- Grito mientras intento sacar la mano. John aparece al momento y levanta el respaldo.

–¡Ay!- Me miro la mano con los ojos bañados en lagrimas. Tengo un rasponazo de color rojo. John me toma la mano con cuidado, ahora lleva un bañador de esos ajustados; nada mas. Las vistas son una agradable distracción del moretón que me esta saliendo.

–¿Estas bien?- Pregunta preocupado.

–Hum.- Asiento con la cabeza.Me enjuago las lagrimas con la mano buena mientras el estudia la hinchada.

–Oh.- Dice con ternura. –Voy por hielo.-

Vuelve del bar con hielo envuelto en una toalla. Doy un respingo cuando lo presiona contra mi mano. Si se tratase de otra persona, habría preferido aplicarme yo el hielo, pero ahora no me importa sufrir un poco para estar cerca de el.

–¿Mejor?- Me pregunta después de un rato.

–Mucho mejor, gracias.-

Me suelta la mano y se coloca las gafas de sol sobre la cabeza.

–¿Has visto a alguien esta mañana?- Pregunta mientras se acomoda en su silla.

–No, es un poco extraño.- Contesto pensativa.

–¿Extraño? ¿Acaso imaginabas que nos encontrábamos juntos todo el tiempo?- John me mira mientras se le dibuja una sonrisa en tono de burla.

–Bueno yo...- Comienzo a sentir como el sonrojo invade mi rostro.

–Todos piensan lo mismo, no te preocupes.-

–Pero son amigos ¿Cierto?- Pregunto un poco preocupada.

–Claro, somos como una familia, pero hasta en las familias hay libertades.-

Después de unos minutos de demasiado silencio, como siempre, John fue el primero en hablar.

–¿Vienes al Ivy conmigo esta noche? se me a antojado algo de ahí.- Dice.

–¿En el Ivy? ¿Y no habrá periodistas ahí?- Pregunto mientras el corazón me aporrea el pecho.

–¿Y?-

–No creo que le haga gracia a Amber vernos juntos en todos los periodicos. Aunque desde luego nadie este interesado en fotografiarme a mi.- Añado enseguida.

–¡Y que mas da!-

–Bien, reservare una mesa.-

–Esta bien.-

¿En verdad voy a cenar con John Lennon?. Corro al interior de la casa para llamar al restaurante antes de que cambie de idea.

Cuando vuelvo a la terraza, la silla de John esta vacia. Imagino que volvera pronto, así que, sigo en la mia, pero cuando no regresa, decido ir a buscarlo para decirle a que hora he hecho la reserva.

Después de todo el tiempo que llevo viviendo aquí, por fin reúno el valor para llamar a la puerta de su dormitorio.

–Adelante.- Dice desde el interior. Abro timidamente. Su habitacion es enorme.

–¿Ya has reservado mesa?- Me doy la vuelta y veo a John de pie en la puerta de su cuarto de baño con una toalla alrededor de su cintura.

–Si, a las ocho y media ¿Te parece bien?- Intento que no me tiemble la voz.

–Perfecto.- Contesta.

–Bueno, pues entonces me voy. Tengo que cambiarme.- Salgo a toda prisa de la habitacion y cierro la puerta tras de mi.

A las ocho, salgo de mi habitacion y veo a John haciendo lo mismo en el otro extremo de la escalera.

–¿Voy bien así?- Le pregunto señalando la ropa.

–Deberías llevar algo de abrigo.- Me dice.

–Me parece que no tengo nada que me abrigue.-

–Bueno creo que hay una cazadora en el armario.-

Y así es rebusca en el armario y saca un casco y una cazadora color marron oscuro.
Al llegar al Ivy, nos deslumbran los flashes de las camaras. John salta de la moto y se da la vuelta para ayudarme. Yo me siento muy avergonzada cuando me quito el casco y todos se dan cuenta que no soy Amber, ni nadie famoso o que merezca la pena fotografiar con John.
Intento arreglarme un poco el cabello como puedo, mientras las cámaras no paran de disparar. ¡Dios! Tierra, trágame.

Nuestra mesa se encontraba adornada con velas. Esto no podía ser mas grandioso.

–¿Todo bien?- Pregunta John.

–No.- Contesto entre dientes. –¡Casi me muero de la vergüenza!-

–Ya te acostumbraras.-

Abro la carta y escondo la cara en su interior, mientras el picotea un poco de pan recién horneado. La cabeza me va a mil y ni siquiera puedo leer lo que tengo enfrente, al final me rindo y ordeno lo mismo que el.

–¿Que te apetece beber?- Pregunta.

–Pues no se... ¿una coca-cola?-

–No puedes venir al Ivy y pedirte una coca-cola.-

–¿Y por que no? Tu vas a pedir un emparedado.-

–No me discutas Meg, pediremos vino tinto.-

–Tienes que conducir.- Digo a sabiendas de que es una obviedad.

–Pues me llevas tu.- Contesta.

¡Yo no puedo conducir esa cosa!-

–Es broma, Meg. No beberé mucho, lo prometo. Tu te puedes emborrachar por los dos.

Quiero desesperadamente que tengamos una conversación fluida, pero no se me ocurre de que hablar. Al final, opto por Paul.

–¿Sabes algo de Paul?- Pregunto.

–Me llamo esta mañana, me dijo que pasaría esta semana o eso creo en casa de Jane.-

–¿Jane?-

–Si, Jane, su novia.-

La respuesta de John no la esperaba, era de esperarse que Paul tuviera novia, pero mi reacción fue demasiado fuera de lo común.

–Y bien, háblame de tu novio.- Sonríe exageradamente.

Sonrío tratando de borrar mi expresión de sorpresa y desilusión y me apoyo en el respaldo de la silla. El se inclina hacia delante y apoya los codos sobre la mesa.

–¿Que quieres saber?-

–¿Por que rompieron?-

–Lo decidimos entre los dos.-

–Eso es una mierda, ¿lo dejaste verdad?- Sonríe.

–¡Que no! ¡Fue cosa de los dos!- Sonrío indignada. Insisto y me inclino hacia delante. Resulta evidente que no me cree. –Al final nos habíamos convertido casi en hermanos.-

–No me creo que un hombre con sangre en las venas solo sienta amor fraterno por ti Meg. Quizá sea gay.- Me guiña un ojo y se sirve mas vino.

–Tom no es gay, es un chico muy lindo, aun somos amigos.- Le aseguro.

–Amigos.- Repite incredulo. –¿Cuantos años tiene?-

–Veinticuatro.-

–Es un chiquillo, lo que tu necesitas es un hombre de verdad.- Bromea.

–Yo también tengo veinticuatro, recuerdas.-

Niega con la cabeza
–¿Cuando fue la ultima vez que hablaste con el?- Me pregunta.

–Justo antes de venir aquí.- Contesto. –Por cierto eso me recuerda que tengo que llamarlo.-

–Estas bromeando.- Dice John.

–¡Que no! ¡Ya no le gusto!- Insisto.

–Lo que tu digas Nutmeg, lo que tu digas.-

–¿Nutmeg?-

–Si, nutmeg, te va, de hecho, creo que a partir de ahora así es como te llamare.-

–¿Te puedo llamar yo entonces Winnie?- Contraataco.

–No si quieres que te conteste.- Contesta con una sonrisa.

John mantiene su palabra y no toma mas de dos copas de vino, así que para cuando terminamos de cenar, yo estoy un poco mareada.
Uno de los aparcacoches trae la moto, John sube y se coloca el casco. Yo lo imito. Llegamos a casa sanos y salvos, después del alocado camino.

–Te mostrare algo.- John toma mi mano y me lleva hasta una parte del jardín que no conocía.
–Aveces vengo aqui para escribir.- Dice por fin.

–¿Y que tal van esas letras?- Pregunto.

–Van.-

–¿Tocaras alguna de las canciones nuevas para mi?-  Me mira y me pregunto si va a burlarse otra vez de mi gusto en música, pero entonces aparta la vista.

–Quizá.- Responde. –De hecho he estado pensando en que deberíamos irnos. Algo como un retiro, salir un poco de la ciudad, necesito sentarme y rematar las letras, pero aquí no me puedo concentrar.

–Si, esta bien.- Mi voz parece tranquila, pero por dentro siento una oleada de emoción ante la perspectiva de irme de viaje con el.

–Quizá alguno de los chicos también quiera venir.- Murmura.

–Seria genial.- Contesto.

Nos recostamos mientras observábamos algo de las estrellas que adornan la noche. Era increible encontrar a un hombre como John, en una escena tan tranquila como la que estamos viviendo.

–Es un poco tarde, debo irme.- Me pongo de pie tratando de guardar el equilibrio.
John me toma de la mano ayudandome a sostenerme en pie.

–Gracias Nutmeg.- Responde con una mueca.














Hola, perdonen el retraso con el capitulo :S pero ya esta aquí :P espero les guste y gracias por sus comentarios y por seguir leyendo :D

martes, 5 de junio de 2012

CAPITULO 9.

–¡Paul! ¿Que haces aqui?-

–¿Acaso no lo recuerdas Meg?- Paul me mira y sonrie, mientras yo noto que no lleva mas que los boxers puestos.

–¡Esta es la reaccion que tendria si lo recordara!- 

–Calmate, no pienses nada malo.- Paul se pone de pie al ver mi reaccion de enojo.

–¡¿Ah no? Entonces que cree el Sr. McCartney que deba hacer!- Por un momento el dolor de cabeza que esta matandome desaparecio.

–¿Que es lo ultimo que recuerdas de la noche anterior?- Paul comenzaba a ponerse sus pantalones.

–Solo que nos encontrábamos en la cama de agua eso eso todo.- El enojo comienza a bajar y un sentimiento de vergüenza enorme me ataca.

–Bien, después de eso, John, George y tu se pusieron una borrachera enorme. Solo reían y cantaban, hasta que comenzaste a quedarte dormida.- Paul abotona su camisa y se sienta en la cama para terminar de explicar.
–Ringo y yo decidimos regresar a casa y traerte con nosotros. Pero al salir, estaba lloviendo. Subimos al auto y Davey nos trajo a casa. Ringo subió a su habitacion en cuanto entramos y yo tuve que traerte a tu habitacion. Me fui a mi habitacion y al poco tiempo llegaste y me dijiste que no querías dormir sola, así que me llevaste a rastras a tu habitacion.-

–Eso no explica el porque me encuentro en ropa interior al igual que tu.-

–Nuestras ropas estaban demasiado mojadas, ademas de que yo duermo sin ropa.- El se levanta de la cama y camina hacia la puerta. –No te preocupes Meg, solo dormimos, no paso nada.-

–Gracias por decirmelo.-

Ahora solo quiero que la tierra se abra, yo caiga dentro y se vuelva a cerrar. No puedo creer todo lo que hice la noche anterior. Los siguientes días fueron de lo mas tranquilos.

Es sábado por la tarde, no hay mucho que hacer en la casa. John y George aun duermen la borrachera de la noche anterior, Ringo no ha salido de su habitacion y a Paul, no lo he visto desde esta mañana.
El despacho comenzaba a volverse mi lugar favorito para estar.

–¿En verdad estuviste en el concierto?- La voz de Bess casi destruye mi oído.

–Si, y en la fiesta después, habia una cama de agua espectacular.-

–¿Y como son los demás? ¿Paul es tan guapo como en las fotos?- Habia olvidado por completo que el amor platónico de Bess era Paul, la persona que no desde ahora no podía mirar a los ojos.

–Claro todos son muy guapos.-

–Y ahora dirás que nadie te gusta.- La ironía con la que hablaba Bess comenzaba a irritarme.

–No, nadie me gusta y sabes por que, porque son mis jefes. Por cierto me tengo que ir te llamo luego.- Al parecer este no es mi día.

Después de colgar, voy a la cocina, Rosa ha dejado comida como para alimentar a un pequeño ejercito. Escucho ruido y me doy vuelta para encontrar a John en la puerta.

–¿Todo bien?- Pregunta bostezando.

–Si, muy bien gracias.- Aparto la vista. –Pensaba en que voy a comer ¿Te apetece algo en particular?-

–¿Que hay? Ni siquiera he desayunado todavía.- Dice.

–¿Te preparo algo? ¿Huevos con tocino? ¿Cereales?-

–Puaj esa porquería que tu y Paul comen, no gracias.- Dice mientras me dirige una sonrisa somnolienta.

Prepare algo de huevo con tocino y lo servi. Comenzamos a comer sin decir una palabra hasta que John rompió ese incomodo silencio.

–Y ¿que haras hoy?-

–Aun no lo se.-

En ese instante suena el teléfono.

–¿Si?- Contesto apresuradamente.

–¿Meg? Soy yo Kitty.

–Hola ¿que tal?-

–Genial, ¿puedes hablar?-

–Humm...- Miro a mi jefe. –Estábamos comiendo.-

–¡Estas comiendo con los chicos!.-

–No, solo con John.-

–¡Que suerte tienes!-

–Humm.-

–Bueno, no te interrumpo mas, solo llamo para preguntarte si tienes planes para esta noche.-

–Oh no, ninguno.-

–Es que Rod, esta de viaje y me apetece salir por ahí. ¿Te apuntas?-

–Espera, voy a consultarlo.-

John me mira expectante, tapo el telefono con una mano y le informo, el asiente. Cuando cuelgo el me mitra intrigado.

–¿A donde van a ir?-

–No se lo he preguntado.-

–Seguro que conoce los mejores sitios.- Comenta.

Y así es, Kitty me lleva la Skybar, uno de los mejores a las afueras de la ciudad, es el preferido por algunos famosos.
El portero reconoce a Kitty de inmediato. Nos dirigimos directamente a una mesa. Pedimos algunos tragos mientras, platicamos plácidamente.

Algunas horas después, Kitty mira estupefacta hacia la puerta.

–¡Anda!- Me dice dandome un codazo. –¡Johnny esta aquí!-

El estomago se me pone boca abajo cuando lo veo abriendose paso entre la gente.

–¡John amigo!- Un chico con pinta de rockero grita a una lado de mi.

John se acerca a saludarlo y a los demás que lo rodean también.

–Llamalo.- Insiste Kitty.

–No.-

–¿Por que no?- Me mira indignada.

–Hoy es mi noche libre y el no sabia que vendríamos aquí, probablemente quiera estar solo.-

Pero mis palabras se desvanecen cuando John voltea y nos ve.

–Hola.- Dice y se acerca.

–Hola.- Grita Kitty extasiada.

–No tenia ni idea que vendrías aquí.- Se agacha y besa a Kitty en la mejilla. A pesar de la oscuridad del bar, me doy cuenta que se ha puesto colorada y que trata de controlar sus nervios.

–¿Va todo bien?- Me pregunta.

–Si fenomenal.- A mi no me da un beso, pero finjo que no me importa.

La camarera aparece mas contenta de lo normal.

–¿Que están tomando?- Pregunta John.

–Un poco de whisky.- Contesta Kitty.

–Bien, tomaremos un par de copas mas.- Dice John mientas le dirige una sonrisa a la camarera.

–Hazme sitio Meg.- Se inclina y me da una palmada en el muslo, mientras coloca una silla entre las nuestras.

–¿Que dices? ¿Mas comodo que la cama de agua, no lo crees?- Pregunta mientras se gira hacia mi.

–Completamente.- Le contesto sonriendo.

–¡Hey Johnny! ¡Por acá!- Le grita el chico rockero.

–Bien las veo luego, el deber me llama.- Dice poniendose de pie y llevando una copa consigo.

Kitty y yo continuamos por un rato mas en el mismo lugar, hasta que vimos como John y el grupo de amigos que lo acompaña salen hacia otro bar.

–Creo que es hora de que me vaya ¿Quieres que te lleve?-

–Si, te lo agradezco.- Contesto.

Cuando alguien tiene la habilidad para alegrarte o entristecerte con su sola presencia... es algo malo. Ese tipo de juegos son dolorosos. Y yo no quiero que me suceda algo así con mi jefe.

Kitty y yo nos dirigimos a la salida, pero poco antes de llegar a esta, una chica alta, rubia y con demasiado alcohol por su sangre me tomo del brazo.

–¿Es cierto que John se tiro a Paola?- Balbucea.

–¿Que?- Pregunto confusa.

–¿Que si se la tiro? ¿Por eso se fue?- Insiste.

–Lo siento, pero no lo se.- Contesto.

–¿Tu aun no te lo has tirado?- Pregunta insistente.

Me aparto indignada.
–¡No! ¡Claro que no!-

Entonces rompe a reír a carcajadas, totalmente bebida y vuelve con su grupo.

Esto se pone cada vez mas raro.













Hey yo aqui otra vez con un capitulo mas :D espero les guste, gracias por sus comentarios en el capitulo anterior aunque por una tonteria con mi telefono se borraron algunos :S pero si pude leerlos y en verdad muchas gracias por perder un poco de su tiempo leyendo esto :)

viernes, 1 de junio de 2012

CAPITULO 8.

Los chicos, Brian y yo nos dirigimos juntos al concierto y estoy mas que emocionada. Es el acontecimiento del que habla todo el mundo y yo voy a estar ahí, justo en medio de todo.
Todos nos extrañamos con la actitud de John la noche anterior, pero al parecer hoy estaba de buen humor.

Unas chicas cerca de la entrada comienzan a gritar histéricas en cuanto ven la limusina. Las personas que esperan rompen la fila y corren detras del coche. Sus rostros dan bastante miedo. Rodean el coche, golpean las ventanas e intentan entrar. Miro a todos asustada, pero nadie parece alterado por lo que yo describiria como un ataque de zombies.

–Creo que sera mejor dar la vuelta a la calle.- Propone Brian desde su asiento.

Unos minutos despues, cuando seguridad ha despejado la entrada que da al escenario, Davey aparca y salimos del coche. Un grupo de unas cincuenta personas espera que contra todo pronostico pasemos a su lado ¡Caray, si que gritan!
Una marea de manos intenta agarrar a los chicos, pero el personal de seguridad contiene a los fans mientras nos apresuramos a entrar en el local. Alguien cierra la puerta detras de nosotros y una mujer rubia con una carpeta y auricular, nos conduce hacia la zona de camerinos , Yo entro totalmente alucinada.

–Es de locos ¿eh?- Dice Ringo.

–Este va a ser de los buenos.- Anuncia Brian.

John salta un par de veces con energia.

–¿Estas bien Meg?- Pregunta Ringo quien aun se encuentra mirandome.

–Pero mirala. ¡Parece que esta ida!- Rie Brian.

Yo solo me sonrojo con el comentario, en verdad esto es de locos.

Poco despues, como se habia previsto, la mayoria de los periodicos de la ciudad comienzan con su trabajo y rodean en una especie de mini conferencia a los chicos. Yo solo me ocupo de llevarles algunos tragos mientras ellos felizmente posan para algunas fotografias.

Cuando salen al escenario y comienzan a tocar los acordes de uno de sus mas grandes exitos, el griterio del publico resulta ensordecedor. La vista tras bastidores es fenomenal. Doy dos pasos a la izquierda y observo como todos se han vuelto locos. Siento un inmenso arrebato de alegria y entonces caigo en cuenta. Soy una chica con mucha mucha suerte. Quiero trabajar para ellos siempre. De hecho me voy a aplicar tanto, que no entenderan como se las arreglaban sin mi antes.

Dos canciones despues, John comienza a cantar la misma cancion que canto en el estudio. Su voz llena la sala y no puedo dejar de mirarlo y desear que se gire hacia mi.
Segundos despues aparto mi mirada de John y como si alguien me llamara la fijo en dos chicas guapisimas de la primera fila. Las dos miran a John extasiadas, al parecer para ellas no hay mas Beatles que John.

De nuevo miro directo a el, parece concentrado en su guitarra lo que hace que una pequeña sensación de alivio me invada, pero, de repente alza la vista y mira directamente a las dos chicas mientras comienza a cantar.

–Te apuesto que esas dos chicas estaran en la fiesta despues.- Dice Brian con una sonrisilla.

Al terminar la cancion, veo como John hace una seña a uno de los tecnicos, quien se dirige hacia las chicas y les entrega discretamente unos pases. Las chicas le dediacn a John sendas timidas sonrisas y el les guiña un ojo. Paul dirigia algunas miradas de complicidad hacia John, quien solo reia. Mientras George y Ringo al parecer tenian algo entre manos.

La fiesta de despues se celebra en uno de los hoteles mas lujosos del centro. Como era de esperarse, esta fiesta tambien tenia una zona reservada a la cual solo tenian paso Paul, John, Ringo y George acomapañados de unos cuantos amigos.

En cuestion de minutos, la sala estaba a tope, al parecer los chicos habian decidido estar junto con todas las personas de la fiesta y olvidaron por completo la zona reservada. Sin pensarlo mas me dirijo a ella.

Aun no puedo creerlo, ¡una cama de agua! Algunas personas ya se encontraban en la zona, pero ninguna habia notado que ahi se encontraba una cama de agua. Agradezco traer pantalones y no falda, ya que esto requiere una forma un tanto peculiar para subir.

La base concava que cubre la cama, me da mucha mas libertad.

–Veo que ya encontraste la cama.- La voz de Ringo hace que de un buen salto.

–Pense que estabas con los demas.- Digo tratando de enderezarme un poco.

–Es un poco tedioso ¿sabes?- Me dirige una sonrisa y comienza a subir a la cama.

–Lo imagino.- Es un poco incomodo estar hablando con Ringo, aunque es un chico amigable.

–Y... ¿Que te parecio el concierto?- Me pregunta tratando de romper un poco la tension.

–Buenisimo.- Contesto acompañada de una enorme sonrisa.

–Me alegro Meg.- Me responde finalmente mirandome a los ojos. Creo que podria pasar mucho tiempo mirando aquellos ojos son de lo mas hermosos.

–¡Hey encontre al pequeño Richard!- La voz aguda de un John pasado de copas hizo que dieramos un pequeño salto en nuestros lugares.

–Creian que no lo notariamos.- George se asomo al igual que lo habia hecho Ringo minutos atras.

–Solo un poco.- Trate de sonar mas agradable.

–Vamos Meg, girate a un lado.- Grito John impaciente desde afuera.

Tal cual como lo dijo Lennon, hice un poco de espacio entre Ringo y yo. Despues entro Paul quien desde que inicio el concierto se portaba un tanto cortante conmigo.

–¿Que estas tomando Meg?- Pregunta John, al momento en el que se sienta a un lado de mi, dejandome entre el y Paul.

–Solo una cerveza.- Mi incomodidad se mostraba mas grande.

–Deja esa mierda aun lado, vamos dale un trago.- De un segundo a otro el brazo de John ya se encontraba sobre mis hombros. Mientras extiende una botella de whisky frente a mi cara.

Despues de eso no recuerdo nada sobre la noche anterior. La luz que entra por la ventana es insoportable.

Al menos me encuentro en mi cama, aunque es un poco raro, no llevo nada puesto, solo mi ropa interior. Trato de moverme un poco pero el dolor de cabeza me lo impide, asi que mejor me quedare en cama un rato mas.

–¿Estas mejor?- Una voz muy familiar sale por debajo del gran edredon blanco de mi cama.

–¡Paul! ¿Que haces aqui?-

–¿Acaso no lo recuerdas Meg?- Paul me mira y sonrie, mientras yo noto que no lleva mas que los boxers puestos.















Paul en una cama solo con boxers >:D lo siento no pude evitar pensar en eso hahaha :P perdonen la tardanza con todos los capitulos, pero la fucking escuela me estaba matando, pero ya no mas oficialmente ya estoy de vacaciones :) en fin gracias por leer y comentar el fic :D espero siga siendo de su agrado.