martes, 12 de agosto de 2014

CAPITULO 39

–¿Estas libre esta noche?-

–Eso creo.-

Volvimos a Londres hace una semana y aunque durante la gira hubo momentos en los que eche de menos estar en mi habitación, ahora que estoy aquí, no me siento muy a gusto. Así cuando me llama Kitty al despacho el viernes por la mañana y me invita a un concierto esa misma noche, tengo que contenerme para no besar el teléfono. Es un grupo de Rock & Roll, muy al estilo Elvis, razón por la cual Kitty pensó que quizá me gustaría conocerlos. No es que el grupo me guste mucho, pero estoy deseando salir de casa, y tomar unas copas tampoco me vendría mal. Por supuesto, antes tengo que informar a John...

Sigue distante conmigo. No hemos hablado de lo que paso en Yorkshire Dales y a veces pienso que todo quizá tan solo fue un sueño. Pero no, sucedió. Duele demasiado para ser una fantasía.
Hago ademán de levantarme, pero me vuelvo a sentar y abro una carta. Esta semana ha recibido innumerables mensajes de fans enamoradas, deseándole una pronta recuperación.

El miércoles, vi algo que me dejo helada: "¡Has sido el mejor polvo de mi vida! Espero volvamos a vernos la próxima vez que vengas a Francia. Podríamos repetir..."
El jueves, recibió otro del mismo estilo, solo que esta vez el país en cuestión era España.

Me he propuesto utilizar estos mensajes para volver a la realidad, pasar pagina y seguir con mi trabajo. Desgraciadamente, no funcionaba así.
Una figura familiar pasa por delante de la puerta.

–¡Rosa!- Exclamo. Se detiene de golpe, al momento que salgo del despacho a toda prisa. –Se lo llevo yo. Tengo que hablar con él.- Le quito la taza de café. Rosa cede de mala gana y vuelve a la cocina.

Estoy segura de que sospecha de que algo ha pasado entre John y yo. El otro día entre en la cocina mientras John estaba  y el ambiente se puso tan tenso que se podía haber cortado con un cuchillo. Ella no dijo nada, pero se que no se le escapa ni una.

Subo con cuidado las escaleras y llamo antes de entrar.
El rostro de John se ilumina cuando ve la taza de café y se oscurece de nuevo cuando ve quien la trae.

–Dejala ahí mismo Meg.- A continuación se gira y me da la espalda.

Hago lo que me ha indicado y dejo la taza sobre la mesa
–Tenemos que hablar de varias cosas.- Intento mantener un tono profesional, pero me siento muy incomoda. He estado acumulando cosas para no molestarlo mas de lo necesario.

–Dispara.- No me mira y centra toda su atención en la guitarra que tiene entre las manos.

–Tienes cita con el dentista...

Pellizca una cuerda.

–Tienes cita con el dentista...

Pellizca otra cuerda.

Vuelvo a intentarlo.
–Tienes cita con el dentista a las tres y media mañana. John ¿puedes dejar de tocar la guitarra un momento?

Se detiene y me mira con expresión dolida.

–Tienes cita con el den...-

–Si, ya lo se.- Me interrumpe. –¿Que mas?-

–Te he conseguido un pase privado para ver la colección de Marvin Stately. Es el jueves por la mañana, ¿te parece?

–¿Quien es Marvin Stately?- Pregunta frunciendo el ceño.

–El artista, ya sabes, el tipo calvo. Ese con gafas...- Añado cuando sigue sin reconocerlo. –Dijiste que estabas interesado en comprar algo suyo cuando lo viste en la tele el otro día.-

–Esta bien. ¿Ya es todo?-

–Hum...

–¿Podrías...?

–Cerrar la puerta al salir. Si John.- No puedo disimular la irritación que siento. Me dirijo a la puerta y me detengo. –De hecho si, hay algo mas.-

Me mira harto. Le digo lo del concierto y parece aliviado, porque no es nada relacionado con nuestro viaje a los Dales. No tiene de que preocuparse. No tengo ninguna intención de sacar el tema.

–Yo también había pensado en ir.- Me dice al final.

–Oh, ¿te molesta que vaya yo también?-

–No.-

–¿Asi que puedo ir, no?-

–Si.-

–¿Le digo a Davey que pase por los dos?- Pregunto esperanzada.

–No, iré en moto.-

Al menos eso significa que no beberá. Bueno, algo es algo, pienso mientras bajo las escaleras hacia el despacho, dispuesta a leer los nuevos mensajes que han llegado.













Pobre Meg, pero es que quien no sufriría con ese hombre hahaha :D espero les guste el capitulo y de nuevo, mil gracias por los comentarios :D

CAPITULO 38

Sé todo eso, pero no me puedo resistir. No me resistiré. Me acerco a él, me toma la cara con una mano y me atrae hacia si, besándome suavemente al principio y con mas pasión después. Me agarra de la cintura y se coloca encima de mi, devorándome con los labios. Me siento tan aturdida que me podría desmayar. Me desabrocha la camisa y el sujetador, luego se saca la camisa y la camiseta por la cabeza de una vez. Yo le acaricio el pecho, luego le desabrocho el pantalón. Me besa con mas fuerza, con mas urgencia.

Mete la mano en el bolsillo del pantalón y saca un condón. De nuevo pienso en los miles de chicas con las que se ha acostado antes que conmigo, pero no me importa. Lo quiero dentro de mi, físicamente, porque emocionalmente ya lo esta.

Hacemos el amor ahí mismo, frente a la chimenea. Después, mientras permanezco apoyada sobre su brazo, le acaricio suavemente el estomago.

–¿No se te ocurrirá hacerte mas daño, eh, Johnny?- Le pregunto sintiendo el miedo crecer en mi interior con solo pensar en que le pueda pasar algo malo.

–No.- Niega con la cabeza, toma su camiseta y se la pone. De repente me siento muy triste.

Se incorpora y se pone el pantalón, luego se inclina, recoge los calzoncillos y los guarda en el bolsillo de atrás, dejando parte de la tela fuera. Deja los zapatos frente al fuego.

–Estoy hecho polvo. Me voy a dormir.- Dice.

–Esta bien.- Contesto, intentando no sonar tan triste como me siento.

Me gustaría que me invitara a dormir con él, pero se que no lo hará. Esa noche no pego el ojo. Repaso cada detalle de lo que ha ocurrido por miedo a que no se vuelva a repetir. No lo quiero olvidar.

La ultima vez que miro el reloj, son las cinco de la mañana. Después debí quedarme dormida, porque cuando me despierto, una brillante claridad invernal se cuela por debajo de las cortinas.

Tomo el reloj y veo que son las diez. Salto de la cama, me visto y me peino un poco. Me siento mal al pensar en lo que sucedió anoche. No en lo de hacer el amor, sino en lo de dormir sola después. Me da miedo lo que pueda pensar de mi.

Salgo de mi habitación y veo que la puerta del cuarto de John esta abierta y su cama vacía. Bajo las escaleras y no lo veo por ninguna parte. Comienzo a sentir una tenue oleada de pánico cuando abro la puerta de atrás con la esperanza de verlo allí fumándose un cigarrillo y no esta.

Tengo la sensación de que la cabeza me va a estallar, cuando me lo imagino conduciendo por la noche, cuando yo dormía y bebiendo hasta perder el sentido en cualquier esquina. Corro a la puerta principal de la casa y veo que el coche sigue junto a la entrada.

Me pongo el abrigo, me aventuro fuera de la casa y atravieso el jardín. Lo oigo antes de verlo. Ha subido a lo alto de una colina detrás de la casa y esta sentado sobre la hierba, tocando la guitarra. Lo observo durante un momento y luego decido volver.

Pasa otra hora hasta que regresa y yo sigo sin librarme de la nausea que siento por dentro.

–¿Estas bien?- Le pregunto preocupada.

–Estoy muy bien, Meg.-

Meg. Me ha llamado Meg.

–Pero ha llegado el momento de volver a Londres.-















¡Esos cambios tan repentinos de John me van a matar! hahaha. En fin, gracias, en verdad gracias por seguir leyendo esta historia. En verdad, aprecio mucho que se tomen el tiempo de leer esto. Miles de gracias. :D