martes, 20 de enero de 2015

CAPITULO 55

–Puedes besar a la novia...

Todo el mundo rompe a aplaudir de forma espontánea y yo miro a Paul y sonrío. Me encanta ir de boda.

—Lo siento mucho —me susurra al oído poco después, mientras uno de los amigos de Mike lee su discurso.

—¡No te preocupes! Ya te he dicho que no pasa nada.

—Te juro que le dije a Angela que no estábamos juntos, pero es obvio que no me cree.

Me vuelvo a reír. Pobre Paul. Apareció en casa de sus padres esta mañana para descubrir que su madrastra nos había instalado en su antigua habitación. A los dos. Paul me dijo que dormiría en el sofá, pero según parece su tío también va a dormir en casa. Y sus primos suecos. Los cinco.

—Tenía que haber reservado habitación en un hotel —se lamenta.

—Lo intentaste —le consuelo—. Pero si no recuerdo mal, tu madre no quiso ni hablar del tema. ¡No pasa nada! —Le doy un manotazo en la pierna—. Además, tampoco es la primera vez que compartimos cama, ¿recuerdas?

—Cierto —admite.

Me gusta la familia de Paul. Son muy divertidos. Su padre se toma el vino tinto como si estuviera a punto de caducar, tiene la cara tan rosa. Michael es igual. En cuanto a Paul, ahora le comprendo cuando decía que él había salido a su madre, Mary. Ella era una mujer alta y atractiva, con el pelo rizado y negro.

—¿Cómo era la madre de John? —pregunto sin venir a cuento.

—Alta, delgada, pelirroja. Y muy cariñosa y amable.

—¿Crees que su madre estaría decepcionada?

—No. Su madre lo quería muchísimo. Se habría sentido muy orgullosa de su hijo, eso seguro.

—Pues John no piensa lo mismo —comento triste.

—Ya lo sé. —Paul se apoya contra la pared con la mirada perdida en la pista de baile.

—No he pegado ojo en toda la noche con tanto jaleo. ¿Y tú? —pregunta Paul a la mañana siguiente, mientras estamos los dos tumbados en la cama. Su padre y la horda sueca estuvieron bebiendo casi toda la noche en el salón, en el piso de abajo.

—¿Te apetece un té?

—Sí, pero no me atrevo a bajar.

—Seguramente Angela ya estará allí y habrá preparado un suculento desayuno para impresionarte.

—¿De verdad piensa que estamos juntos? —pregunto de nuevo.

—Desde luego. Sobre todo después de esto. —Y señala la cama de matrimonio en la que hemos dormido—. Tú disfruta. Prepara unas tostadas con fruta que son una delicia. Si quiere dar buena impresión seguro que ya las tiene hechas. Venga, vamos.

—¡No puedo bajar en pijama!

—Claro que sí. Estás estupenda. Venga.

Lo sigo a regañadientes.

El aroma a pan recién horneado me acaricia la nariz nada más salir del cuarto de Paul. Lo miro encantada.

—¡Oh!
—Espera a probarlas —dice.
—¡Buenos días! —nos saluda su madrastra. Ella no bebió mucho anoche. En cambio, no hay rastro del padre de Paul—. ¿Te apetece una taza de té, Megan?

—Sí, por favor —contesto.
—Es solo Meg, Angie —le informa Paul.
—Pero tú la llamas Megan —se defiende.
—Es una broma.
—¿Y qué tiene eso de gracioso? —pregunta. 

Paul me mira. 
—La verdad es que poca cosa. ¿Por qué te llamo Megan?
—No lo sé. —Me encojo de hombros.

—Bueno, pues es Meg. Angie, ¿nos preparas unas tostadas con fruta? —Parece un niño. De hecho, me los imagino a los dos, a Johnny y a él de niños, sentados a esa misma mesa.

—Oh, serás... —gruñe su madrastra, pero mete cuatro rebanadas de pan en la tostadora—. Bueno, Megan... Meg —se corrige—, ¿qué haces ahora? Paul dice que ya no trabajas para John, ¿no?

—No. Ahora estoy de camarera en un club privado.

—Hum. ¿Y cómo es trabajar para el pequeño Johnny?

Intento no sonreír ante lo de «pequeño Johnny», porque de pequeño nada.

—Pues está bien —contesto.

—¡Hey, no seas chismosa! —le regaña Paul.

—¿Qué pasa? ¡Me lo puede contar si quiere!

—Pero no quiere, Angie—dice—. No lo dice por educación.

—¿No es verdad, eh, Megan? Digo, Meg.

—Eh, no —contesto.

—Bueno, ¿cuándo se conocieron? —nos pregunta y yo respiro aliviada con el cambio de tema hasta que me doy cuenta de por dónde van los tiros.

Paul pone los ojos en blanco.
—¡Angie! ¡Déjalo ya! Meg y yo no estamos juntos. Resopla.

—Ya, pues a mí me parece que hacen una buena pareja.











Creo que la son muchas personas que insisten en la relacion entre Paul y Meg :D

martes, 6 de enero de 2015

CAPITULO 54

Como lo único que tengo que hacer es meterlo todo en mi descuajaringada maleta y cerrar la cremallera, hago la mudanza en mi siguiente día libre. Bess lamenta que me marche.

—¡No! ¿De verdad te tienes que ir?

—No puedo dormir en el sofá para siempre...

—Claro que sí. De todas formas, también es tu sofá, ¿recuerdas? —lloriquea.

—Bess, quédatelo —le digo generosamente y luego me echo a reír. En realidad lo encontramos tirado en la cuneta hace año y medio. Fue una verdadera ganga.

—Maldito Paul —murmura y luego me abraza con fuerza, y promete ir a verme pronto.

Paul prepara unas fajitas para cenar la noche de mi traslado y me recuerda a Rosa y la comida que me hizo el día que llegué a casa de John.

—¿En qué piensas? —pregunta Paul. Se lo cuento.

—¿Qué crees que dirá John cuando se entere de que ahora vivo contigo? — pregunto.

—No se lo diré si tú no quieres. De todas formas, solo ha estado aquí una vez.

No digo nada. No quiero que Paul sepa que me gustaría que John se enterara de dónde vivo.

Suena el teléfono, así que Paul se levanta para contestar. Se lleva el teléfono al cuarto de estar, luego se tira en el sofá y apoya los pies en la mesita de café. Parece que habla con su "madre".

—Perdona —dice cuando vuelve a la mesa—. Mi madrastra se está volviendo loca con la boda de mi hermano.

—¿Es Mike, verdad?

—Sí.

—¿Y por qué se está volviendo loca?

—Por lo que ocurre con todas las bodas. Hay gente que aún no ha confirmado su asistencia, el pastelero está ilocalizable, el vestido de Vanessa todavía no está listo...

—¿Vanessa?

—La prometida de mi hermano —explica Paul.

—¿Cuándo es la boda?

—Dentro de dos semanas.

—¿Vas a ser el padrino?

—Pues no, fíjate. El muy desgraciado se lo ha pedido a un compañero de la universidad. Y no creo que vaya a cambiar de idea.

—Vaya, ¿te llevaste una decepción?

—Qué va, es un alivio no tener que hacer el discursito, la verdad. Así podré tomar una buena.

Suspira y se recuesta en el respaldo de la silla mientras se frota la tripa.

—Todo estaba muy rico —digo mientras me levanto para quitar la mesa—. Eres un buen cocinero.

—No tan bueno como Rosa —dice, incorporándose—. Pero no se me da mal.

—¿Jane también cocinaba? —pregunto siguiéndole hacia la cocina.

—Sí, pero solo hacía porquerías vegetarianas. Así que tuve que espabilarme — añade en plan melodramático.

—¿Cuánto tiempo vivieron juntos? —pregunto mientras mete los platos en el lavavajillas. Yo, por mi parte, tomo un rollo de plástico y cubro los cuencos de la salsa y la nata amarga.

—Un par de años, más o menos.

Paul gruñe y pone los ojos en blanco.

—Otro tema con el que Ángela se estresa bastante. Que no tenga a quien llevar a la boda de mi hermano.

—¿Es que es obligatorio ir acompañado? —pregunto extrañada.

—Según mi ella, sí.

—Pues yo te acompaño —digo entre risas.
Sus ojos se iluminan.
—¿De verdad?

—Pues... —No esperaba esa reacción—. Sí, claro. 

—¡Es genial! —grita.

—Pero ¿no tendré que fingir que soy tu novia ni nada de eso, verdad?

Se ríe entre dientes.
—No, no te preocupes. Lo que le preocupa a Ángela es cómo sentarnos. Pero le encantará conocerte por fin —añade.

—¿Por fin? —pregunto.

—Ah —dice—, sí, verás, le he hablado de ti. 

—¿Ah, sí? —pregunto encantada—. ¿Por qué?

—Solo le conté que me hiciste compañía en la gira. John no le parece una buena influencia. Nunca le ha perdonado el pequeño detalle de que se tirara a mi novia.

Me muerdo el labio inferior.

—Ya tengo acompañante. ¡Genial! ¡Gracias! —Luego toma un estropajo y lo lleva a la mesa. Lo sigo.

—Vale, pero ahora tengo que comprarme un vestido.

—El que te pusiste en la fiesta del fulano ese de las colinas iría muy bien.

—¿Cuál? ¿El azul?

—Sí. Es muy bonito. —Deja un momento de limpiar la mesa y alza la vista hacia mí.

—Gracias —digo sorprendida—, pero lo que yo quería era una excusa para ir de compras.

Qué lindo es conmigo. Y qué amable y dulce. Lo veo entrar en su moderna cocina y enjuagar el estropajo para después pasarlo por la encimera. Lleva una camiseta negra de manga larga y unos vaqueros azul oscuro, y quizá sea por el color, pero juraría que está más delgado de lo que recordaba.

¿Será verdad lo que dijo Kitty? ¿Es posible que le guste?

Al día siguiente entro al pequeño estudio de Paul pensando en escribir una carta a Kitty. Decidida comienzo a escribir.

—Hola —dice Paul mientras entra en el despacho.

—Perdona, ¿necesitas utilizar el escritorio? —pregunto, levantándome.

—No, no, no te muevas. He venido a por algunos manuscritos. —Toma una pila de hojas de la parte superior de un archivador.

—Vaya. —Abro los ojos como platos—. ¿son canciones? 

—Sí —dice, mirándolo.

—¿La versión final?

—Sí, bueno, casi. Voy a repasarlas por última vez. 

—¡Wow! —exclamo.

—¿Quieres...? —pregunta.

–¿Sí?

—¿Quieres echarles un vistazo? —pregunta indeciso. 

—¡Me encantaría! ¿Estás seguro?

—Pues no, la verdad —admite con media sonrisa—, pero sí, venga, y luego dime qué te parecen.

Tiendo las manos hacia los manuscritos y leo la primera hoja: «Michelle».

—Me gusta el título...

—Gracias. Se me ocurrió de repente

—Bueno —me levanto—, tengo que ir a trabajar. ¿Me dejas que los lea después? —Sostengo en alto las hojas.

—Claro —dice—. Las dejaré en tu cuarto.

Cuando llego a casa es más de medianoche y, como prometió, el montón de hojas está esperándome sobre mi cama. Lo miro mientras me pongo cómoda, y después, agotada, me meto en la cama y tomo las primeras páginas. De momento solo leeré un poco.

Pasan las horas y no puedo dejarlo.

Con el rostro bañado en lágrimas paso la última página y la dejo sobre el resto. Estas canciones han tocado una fibra muy sensible de mi ser y definitivamente no pude evitar pensar en John. Lo echo mucho de menos. ¿Volveré a verlo? ¿Cara a cara? ¿O estoy destinada a leer sobre él en la prensa, como el resto de sus fans? La idea me resulta insoportable. Insoportable.








Lo se, una vez que conoces a Lennon, es muy difícil dejar de pensar en el. ;D y ya que es un día especial, aquí esta el capitulo de hoy! :D gracias por leerlo :)