domingo, 14 de septiembre de 2014

CAPITULO 40

Kitty ya está allí cuando llego. Mientras me acerco, intercepta a un camarero que sostiene una bandeja llena de canapés.

—¡Qué oportuna! —exclama—. ¡Ataca!

El camarero entorna los ojos.

—No, gracias, no tengo hambre —le contesto.

—¿No tienes hambre? —se extraña—. ¡Son canapés! ¡Esto se come sin hambre!

—No, de verdad —contesto—. No me apetece tomar nada.

Apenas he comido desde que volvimos. Incluso he dejado de tomar los M&M con cacahuetes.

—Vaya —parece decepcionada—. Yo me tomaré un par.

El camarero espera impaciente mientras Kitty escoge sus canapés para dirigirse después a toda prisa a un grupito de rubias escuálidas.

—¡Bueno! —Se vuelve hacia mí después de devorar un California roll—. ¡Cuéntame qué pasó!

Miro alrededor intranquila.

—¿Qué has oído?

—Bueno, en los periódicos no se ha hablado de otra cosa. Brian no paraba de decir que estaba en un “lugar secreto”, y que no podía decir nada.

No le digo a Kitty que el lugar también era secreto para él. No me extraña que Brian no haya aclarado nada, sería muy vergonzoso para él.

Continúa:

—Charlie estaba empeñada en que había ido a alguna lejana clínica de desintoxicación en Tailandia, pero no sé...- Charlie, es otra asistente personal, pero con una personalidad de los mil demonios.

—¿Cuándo viste a Charlie? —pregunto.

—En la fiesta de Nochevieja de Isla.- Isla, es la jefa de Charlie. Con un carácter mil veces peor.

—¿Fuiste? —No oculto mi sorpresa.

—Sí, porque Rod quería —me dice—. Bueno, ¿tenía razón? ¿Sobre lo de la clínica de desintoxicación?

—No —contesto—. Fuimos a los Dales.

—No me suena de nada —dice, ladeando la cabeza.

—No es ninguna clínica de desintoxicación —intento contener la risa—. Es un lugar en el norte.

—Espera. —Posa una mano sobre mi brazo—. Has dicho “fuimos”. ¿Estabas con él?

—Sí —contesto incómoda—. No quería ir a un centro, así que lo llevé a un lugar tranquilo, alejado de todo.

—Caray. —Me mira con los ojos como platos—. ¿Me puedes contar algo de que lo sucedió allí? —pregunta esperanzada.

—No. —Intento fingir pesar, pero en el fondo estoy increíblemente agradecida a las cláusulas de confidencialidad y al hecho de que estoy frente a alguien que lo comprende.

—Jo —dice desilusionada.

—¿Qué tal está Rod? —pregunto.

—Muy bien. —Suspira, es evidente que le gustaría seguir hablando de John.

No me apetece explicar nada. Acabo de ver a Lola, una roquera que canta en el grupo de chicas Spooky Girls. Va muy guapa, con un vestido corto rojo y zapatos de tacón blancos. Recuerdo que John admitió estar colgado de ella tras pasar la noche en el Standard Downtown, al poco de llegar yo a Londres. La idea de verlos juntos ahora me hace sentir peor que entonces.

—¿Seguro que no quieres un canapé? —pregunta Kitty al ver pasar al camarero. El hombre nos ha estado evitando desde su primer encuentro con Kitty.

—Seguro —contesto distraída. —

—¡Eh, mira! ¡Paola está aquí!

Eso sí que me interesa. Me doy la vuelta hacia donde Kitty señala.

—¿Dónde?

—Ahí —indica Kitty con un movimiento de cabeza para evitar apuntar con el dedo—, la chica alta, delgada, con el pelo largo castaño oscuro...

—Ya la veo —la interrumpo.

La antigua asistente personal de John es todavía más guapa de lo que había imaginado. Está charlando animadamente con otra chica que parece de su misma edad, treinta y pocos años, supongo. Su amiga le dice algo y Paola echa la cabeza hacia atrás y ríe. Tiene una bonita sonrisa.

—¿Quieres acercarte a hablar con ella? —pregunta Kitty.

—No —aparto la mirada. Quizá sienta curiosidad, pero no tengo ninguna gana de conocerla.

Oigo un familiar murmullo de emoción recorrer la sala y veo a John en la entrada.

Kitty me da un codazo alegre mientras observo a este atravesar el local hasta llegar a un grupito de gente joven y guapa.

No puedo creer que nos acostáramos.

Parece tan irreal... Y pensar que mis manos recorrieron todo su pecho. Que le desabroché los pantalones... Cuando recuerdo la intensidad con que sus ojos se miraron en los míos siento un escalofrío que me atraviesa todo el cuerpo.

—¿Estás bien? —dice Kitty.

—Hum.

Aparto los ojos de mi jefe y miro hacia atrás para estudiar la reacción de Paola. Parece sorprendida. Su amiga le dice algo al oído y las dos me miran inmediatamente.

—Oh, te han visto. —Kitty ríe entre dientes, totalmente ignorante de lo incómoda que es esta situación para mí.

Me vuelvo hacia John. Sostiene un vaso en la mano, yo diría que en su interior hay whisky.

—¡Oh, Dios! —murmuro.

—¿Qué? —pregunta Kitty preocupada. —Está bebiendo.

Sigue mi mirada hacia John.

—Mierda.

—Nunca dijo que lo dejaría por completo, pero pensé que...

En ese momento John me localiza, mira un poco más allá y se queda helado. Sé que ha visto a Paola. Sin dejar de mirarla, se toma su whisky de un trago y coge otro de un camarero que pasa.

Cuando me quiero dar cuenta, Paola y su amiga han salido del local.

Kitty, que también se ha dado cuenta, se vuelve hacia mí con los ojos desorbitados.

—Así que es cierto —digo en voz alta con el corazón en la garganta. 

—¿El qué? —pregunta con expresión de perplejidad.

—John se acostó con Paola.

Kitty mira a John.

—¿Cómo lo sabes?

—Lo sé.

Percibo algo rojo moviéndose y veo a Lola caminando en dirección a John. Él la coge de la mano al pasar, la atrae hacia sí y le da un beso en los labios.

Él ríe y ella lo aparta sin contemplaciones.

Los celos me corren por las venas como un veneno. No puedo seguir allí. Me vuelvo a Kitty.

—Me parece que me voy a casa.

—¿Te pasa algo?

—Bueno, no me encuentro muy bien. —Aquí no digo ninguna mentira. —Pero si aún no has visto al grupo.

—Ya lo sé, lo siento mucho.

—Bueno... —Kitty intenta no parecer demasiado decepcionada. —¿Estarás bien? —le pregunto. Me siento culpable por dejarla sola.

—Sí, no te preocupes por mí. Conozco a mucha gente aquí. Solo que no disfrutaré de su conversación como de la tuya —se lamenta—. Pero no te voy a pedir que te quedes si no te encuentras bien.

—Gracias —contesto. Miro hacia atrás de reojo para ver si John se ha dado cuenta de que me voy. Si es así, lo disimula muy bien.












Perdonen la tardanza, pero hace un par de semanas regrese a la universidad y ya saben, tareas, clases, desvelos y demás. Pero aquí esta un capitulo mas!! Espero les guste :D y gracias por sus comentarios. :)
PD: Publicare 2 capítulos mas esta semana :D

2 comentarios:

  1. ¡¡QUE ES ESTO!! Es una genialidad sin duda, pero ¿QUE ES ESO DE DEJARME CON EL ALMA EN UN HILO? No ,no no.
    Estupido y sensual John D:<<<<<
    Yo no se que hubiera pasado si fuera Meg.. tal vez lloraria :v.... bueno no, pero madita sea D:< deberia hacer algo y John es un bobo ¬¬
    Quiero el siguiente.... tardaste mucho y lo necesitaba :c y ahotra? vivire con la incertidumbre de no saber que dia subiras el siguiente D:<..... pero bueno. dije que esperaria pacientemente, no se si en eso me de un colapso nervioso... no se pero yo ya odio a Lola :3

    ire a relajarme un rato que si no, talvez me quede calva de tanto arrancarme el cabello.
    Muchas gracias por todo, cuidate y recapacita mi oferta XDDD

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  2. Dios... ¿John por qué eres así? ah ya sé, porque lo hace hermoso *-* jajaj me encantó el capítulo! que bueno que subiste! echaba de menos este fic! como que sufro junto con ella jajjaja es hermoso, por favor sube pronto, estaré muy atenta!

    Un abrazo! :3

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